Lactancia
La leche materna es el alimento más completo para el buen desarrollo del bebé, ya que contiene los nutrientes necesarios para su óptimo crecimiento durante las primeras etapas de su vida. Si has tomado la decisión de la lactancia, descubre las etapas y los beneficios que le aporta a tu pequeño.
El bebé desde su nacimiento hasta una etapa de madurez mayor, tiene diferentes necesidades, por lo que la leche materna cuenta con la composición adecuada que se adapta a las necesidades de cada etapa.
El calostro
Esta es la primera etapa de la lactancia, su aparición es en los últimos meses del embarazo y es el alimento perfecto para los recién nacidos en los primeros días, después se sustituye por la leche de transición. El calostro tiene una una apariencia amarillenta y consistencia cremosa, es más gruesa que la leche de transición.
El calostro es rico en nutrientes porque contiene una gran parte de las sustancias inmunitarias que necesita el organismo del bebé para protegerse contra infecciones y otras muchas enfermedades. Además, el aparato digestivo del recién nacido, que aún no ha madurado del todo cuando llegue al mundo, encuentra en el calostro el alimento ideal para conseguir completar su proceso de maduración.
La composición del calostro está formada por innumerables proteínas, minerales, sodio, potasio, y vitaminas de los grupos A y E. Además, es rico en inmunoglobulinas, el mejor agente para prevenir las infecciones del recién nacido.
De dos a cinco días después, el calostro se sustituye por la leche de transición.
Leche de transición
En esta segunda etapa, son cinco días después del parto y la composición de la leche es más enfocada a la adaptación de las necesidades energéticas del bebé, por lo que la leche de transición es de apariencia más blanca, leche más grasa con un alto contenido de vitaminas y lactosa.
La concentración de inmunoglobulinas y de proteínas que contiene el calostro, disminuye considerablemente en la leche de transición. Sin embargo, el contenido de vitaminas solubles en agua, aumenta en la leche de transición.
La leche madura.
Esta es la tercera y última etapa de la lactancia, después de la leche de transición y llega a durar los primero seis meses de vida del bebé.
Entre los principales componentes que contiene la leche materna, cabe destacar: el agua, que representa alrededor del 80% de esta leche madura, los carbohidratos, las proteínas, los minerales, las vitaminas y las grasas. Asimismo, la leche materna madura contiene menos caseína que las leches de fórmula, por ello, los bebés digieren mucho mejor la leche materna que la leche procedente de la lactancia artificial. Sin embargo, la leche materna contiene más grasas y carbohidratos que las leches de fórmula, por lo que supone una fuente energética excepcional para el bebé durante sus primeras etapas de crecimiento.
Sea cual sea la etapa de la lactancia, la leche materna se adapta a la perfección a las distintas necesidades que va teniendo el bebé a medida que va creciendo. Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del niño. A partir de los seis meses, los bebés deben comenzar también con la alimentación complementaria, pero la lactancia materna puede seguir presente en la alimentación como complemento, durante dos años o más.